Friday, October 13, 2006

Evangelina, el espectáculo del receptáculo


1. Visible ante todo, Evangelina Carrozo apareció por las papeleras y volvió a emerger por el Riachuelo, limpita, sí, pero parece que no intacta. A los fines de fortalecer los métodos, dicen que ha transformado su cuerpo mediante una operación quirúrgica. Todo sea por la causa de la naturaleza.
Evangelina es una militante solitaria que le pone el cuerpo a la causa, pero no está del todo sola: hoy el medio ambiente se hizo público. Detenta gran adhesión, aunque los requisitos de adhesión habrá que ver si existen o si basta con emitir una frase como: “En un país tan vapuleado, despojado, cuidar el agua, los ríos, el aire, las cosas de la naturaleza, suena como una causa justa, ¿no?”. ¿Quién osaría declararse anti ecológico?
La ecología es un receptáculo de ideales correctos y pulcros. De ese receptáculo, Evangelina -con vínculo con Eva y los evangelios- hace el espectáculo. Resultados le da: ayer escuché que Zlotogiazda le atribuía parte de la responsabilidad de la presunta mudanza de una de las papeleras de la discordia.

2. ¿Es política la acción de Evangelina? ¿Cómo la pensará ella, se arrogará los rumores de mudanza? Reconozcamos que ha elegido bien los lugares para su muestreo carnal, ¿pero cómo piensa ella que su show afecta fácticamente a los gobernantes, a los empresarios? Por ejemplo: ¿sería del todo imposible una deriva contraria, esto es, que los gobernantes permitan aún más castigo al medio ambiente como estratagema para ver nuevamente a Evita tete a tete?
Es que en los hechos, los fines son siempre inciertos. No los objetivos, sino los efectos ulteriores de nuestros actos. Sobre todo cuando entre nuestro acto y el momento y lugar del efecto deseado se interponen incontables otras fuerzas y voluntades.
Si los fines son inciertos, las causas son puros enunciados. Y si lo seguro son los medios, pensar políticamente empieza por pensar qué es lo que de hecho se hace. Lo que se piensa sobre lo que se hace, y sobre todo lo que se espera resulte, es secundario, en tanto constituye el costado individual y solitario de una acción pública.
Lo que se hace, aquí, es un método: la irrupción de una mina semi desnuda portando cartel con slogan en reuniones televisadas de la dirigencia política mundial y nacional.
En tanto la ejecuta, y exitosamente, la intervención certera que Evangelina realiza es promover la política de adosar una mina en bolas a todo para que le interese a alguien, la utilización del desnudo femenino como moño para valorizar cualquier comunicación. Y por otro lado, la sloganización de una causa. Ahora bien, lo que se llama “causa”, que supuestamente es lo buscado, lo que se quiere conseguir (el cuidado ecológico, en este caso), ¿no es más bien lo que impulsa a actuar, y de allí su nombre? La causa, como motor político, está detrás de la acción, no delante.

3. Pero no se trata sólo de la mujer como objeto de atracción. Hay un punto básico que es la refuncionalización de la mujer, haciendo de su carne el límite entre deseo y consumo. El límite: reunión, confusión. O tal vez en ellas se explote, justamente, el grado en que el impulso de desear está moldeado en la lógica del consumo.
Pero si no se trata sólo de un uso de lo femenino sino de una refuncionalización, se construye una noción de feminidad específica a estos soportes, a estos discursos, si es que son discursos. Porque lo que se difunde es el resultado de un trabajo, de una muy sofisticada serie de trabajos, sobre el cuerpo femenino.
Así como en la historiografía turística se cuenta rápidamente qué hacían las poblaciones en materia artística, política, espiritual, etcétera, entre las actividades de nuestra cultura es insoslayable la gigantesca maquinaria de trabajo puesto en remodelar el cuerpo. El afán es tan extendido que ni hace falta repasar lista de ejemplos. La constatación más fuerte acaso sea que para el cuerpo de mujer que venden la publicidad y los medios (pero no sólo ellos y no sólo la “venden”), la perfección es una meta mucho más parecida a un travesti disciplinado en el arte de producirse que al promedio de mujeres sin visitas al quirófano ni sometimiento diario al gimnasio.
Dicen que todas las minas dicen que entre su primera y su más reciente aparición, Evangelina se hizo toda. Si primero fue Dios, luego El General, ¿de quién es esta Eva?
En efecto, en sus ultimas apariciones, en tele y revistas (extraño devenir de su militancia), Evangelina mostró pechos de cerámica y cutis de masa filo. Una lástima, porque al natural era linda. Al natural no porque se suspenda la cultura sino en contraste con la radicalidad de la cirugía. Ahora bien, que la naturalidad, como pieza cultural, se defina en relación con la cirugía, indica que el pensamiento “hegemónico” sobre el cuerpo es el del paradigma tecnocientífico.
Ese paradigma tecnocientífico publicitario marca al cuerpo como punto de partida. Sus frutos más deseables, pues, se presume, son los que muestran el trabajo sobre ese inicio. Importa lo que se hace sobre el cuerpo: y lo que se muestra es un resultado. El cuerpo como valor de cambio de esta política, como carta de peso, es el puro soporte de un resultado (pues en la cirugía no hay experiencia transformadora, te dormís y al despertar sos otro).

4. He aquí la curiosa inversión de Evangelina: dice que persigue lo que es su causa, y el medio esgrimido es un resultado.
Por otra parte, la clave material de su acto es tanto su cuerpo como la media docena de cámaras, el par de satélites y los millones de pantallas. La red como superficie global de difusión instantánea, y los medios como caballitos de batalla de la multiplicación.
Si se hiciera un registro de todas las personas que se hacen cirugía estética, y se indexara de qué trabaja cada uno, ¿qué porcentaje estaría en el rubro del espectáculo? El rubro espectáculos, es decir todo territorio que sale en pantalla (y las tapas de los medios gráficos son pantallas quietas). Por eso al Turco lo habían picado las avispas; y dicen que Cristina también se mandó a hacer.
Dado que también se forma respondiendo lo que pasa en pantalla, Kirchner bien podría entregar su materia a la imagen. Acaso estaría más excusado que el promedio. Pero no: en su fealdad declara principios. Hablando de medios: el ambiente, ¿a quién le importa?

Publicado en Exito #16

8 comments:

CEPI said...

Lo que más me interesa puede resultar banal ante lo que vos comentás, pero hablo desde inquietudes personales. Y es el asunto del photoshop.
Si se hizo tetas o no, no lo sé. A la chica de marras solo la conozco por sus primeras fotos de espalda ante la vista de los mandamás del planeta y en las más actuales tapas de esas revistas que nunca en mi vida voy a comprar (disgresión: ¿Quiénes son los compradores de las revistas masculinas que se reproducen como hongos?¿por qué las compran?¿qué esperan encontrar? Si la web desborda de minas en bolas gratis, supongo que las fotos no son la principal atracción, and so?). Y en esa comparación lo evidente es la total desaparición de una incipiente celulitis que se vio en las fotos de diarios y agencias internacionales que difundieron la noticia de manera instantánea y sin tiempo para "retoques", para la cual no existe intervención médica eficaz.
¿Eso quiere decir que a uno lo calienta una imagen ficticia, un dibujo? ¿por qué no reemplazar todas las modelos por minitas hentai? De hecho, las fotos de las campañas de casas de ropa son cada vez más evidentemente dibujos (colores de piel que no existen, cuerpos lisos, sin textura, ojos símil
animalito embalsamado del Bernardino Rivadavia). ¿Cuánto falta para que las casas de moda del mundo decidan ahorrarse unos cuantos pesos y creen sus propias modelos? Ponele que los ojos gigantescos no sean del agrado de todos y suponiendo que la tecnología disponible (que no es lo mismo que
existente) aún no puede darle a una creación 100 % digital la misma calidad que una chica real "upgradeada", entonces si yo fuera Marc Jacobs, buscaría alguna minita linda de esas que pululan por nuestras calles y por 1/10 de lo que le pago a la Moss la convierto en la diosa absoluta del photoshop.

Patricio Diego Suárez said...

Ya me habías comentado tu idea de "la causa natural y las gomas de plástico", pero creo que es claro que toda causa "real" termina siendo chupada (o en este caso se dejó chupar) por la simpática maquinaria que son los medios publicitarios. Es una banalización imposible de detener, todo lo que parece serio (porque aunque haya salido el tarlipes ante todos los presidentes parecía muy serio todo: hubo una rigurosa organización detrás de ese culo y ese cartel para que aparecieron en el momento justo), pasa como por una máquina de hacer chorizos y deviene superfluo, irrelevante.
Por otra parte, pienso yo, este destino indefectible de Evangelina (las tablas de calle Corrientes), estuvo seguramente dentro de las cláusulas que la gente linda de PazVerde le indujo a la entrerriana antes de largarse a la
solitaria aventura: "Después de esto tenés laburo asugurado nena!"
A propósito del comentario que me dejaste en el blog, esa sentencia la leí en un libro de Santiago Kovadloff, que ahora voy a buscar para averiguar de quién es.

Agustín Jerónimo Valle said...

Cepi,
encima a la moss luego se le escapa la insatisfaccion (se le
escapa hacia adentro de un par de saques, se entiende). Hay precedentes y no es casual: convencida de que la perfeccion es posible, e incluso de que
ella debe todo el tiempo estar a esa altura, la afinidad electiva con el push up que siempre puede mas estaba al caer.
>
>Voy a buscar un mail que me mandaron con dos versiones de una foto de Araceil Gonzalez, una pre y una post photoshop. es increible como se borran todas las marcas de, nada menos, la vida.

Lo de las revistas esas es un temon, hay mil cosas ahi. Por un lado firman la defuncion de la pornografia: todo genero precisa tetas en tapa, entonces
un genero especifico de desundos no es pensable.
Pero hay otra cosa que es que la tapa no representa el interior, no es el rostro de un cuerpo que tiene distintos miembros, o sea, no hay diferencia de sustancia, sino que es exactamente lo mismo: una de muchas fotos. Una
tapa es tapa de su contenido si luego se los desmenuza, o desarrolla; si lo repite, es vidriera.
Las revistas con tapa y contenido, esto es, con el aviso o la alusion de lo que dentro se desarrollara por otras vias, son hoy un pequenio nicho de mercado, como la cerveza artesanal.
A mi me parecen una extension de inetrnet: pantallas quietas, para cuando no tenes la compu ni la tele enfrente. Ayer hablaba de esto con un gomia, y salio la pregunta: cuantas minas de
esas siliconadas reconoces, de jeta? Cuantas imagenes de ejemplares de esa especie photoshopeada gastan electricidad en tu cerebro?

Creo que el gran problema es tu pregunta: o sea que a uno le calienta un dibujo? O sea, todos estos dispositivos (que se yo, mediaticos, publicitarios, informaticos, de disenio, de consumo) se nos meten en las
sustancias del cuerpo. ¿A que responden nuestros cuerpos?

Agustín Jerónimo Valle said...
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Agustín Jerónimo Valle said...

Pato,
Lo que decís de Grin Pis es muy razonable; los chabones habrían
percibido con lucidez anticipatoria lo que yo intenté analizar una vez consumados los
hechos. La máquina de hacer chorizos. Hoy me dijeron que por no tener tele me pierdo
ver lo que está pasando con la tele.

Anonymous said...

por eso nos conmueve tanto altapendeja.com.ar
porque sentimos que es lo más cercano a lo verdadero, sin retoque digital, una piba de esas que llenan las calles y su camarita. pero lo que pasa es que por el solo hecho de llamar nuestra atención, por estar colgado en una página, en la tele o caminando en bolas por la calle, se nos aparece mejor y más deseable, es así.

Anonymous said...

Cual es la accion siguiente a terminar un comment escribiendo "es asi"??

Descorchar un tinto?

Mirar los burros?

Componer una cancion?

Anonymous said...

mirá, yo me hice un fino escuchando cumbia. probá que te alegra la vida.